jueves, 26 de enero de 2012

DESPUES DE SU REGRESO A RESISTENCIA

Su mamá contó como soportaron la experiencia


El viaje a Beijing en el que Giuliana empezó a recuperar su visión.

Giuliana ya está en Resistencia, Jessica, su mamá habló con Diario Chaco y repasó cómo fue el inicio del tratamiento de su hija en China. “Después de la segunda sesión una tarde, mientras miraba por la ventana me dijo que nevaba y que un auto estaba todo cubierto. Nos quedamos sin palabras, ella no distinguía nada a más de un metro”. Al regresar de un “viaje que nos parecía imposible” explicó que continuarán el tratamiento en Resistencia.

Giuliana se fue el 17 de diciembre pasado a Beijing para realizar un tratamiento en una clínica especializada en implantar células madres. “Fueron cuatro sesiones, en la segunda notamos las mejoras, era increíble pensar que tan pronto mi hija recuperaría parte de la visión” confesó la mamá de Giuliana al hablar con Diario Chaco.

“Este viaje desde el primer momento fue lo más difícil e intenso que vivimos como familia porque sabíamos que sería difícil de alcanzar el tratamiento. Pero empezamos a notar que mucha gente compartió con nosotros el camino, que nos ayudaba donando dinero y así fue como conseguimos hacer la travesía”.

“Finalmente llegamos a la Clínica en Beijing y confiamos en ellos el tratamiento de nuestra hija. A pesar de no entendernos, porque ellos solo nos podían hablar en inglés estuvimos humanamente ligados desde el primer momento” contó Jessica a Diario Chaco. También recordó que las enfermeras de la clínica la ayudaron con sus otras hijas, “ellas solo pueden tener un hijo por familia y nosotros llevamos con nuestras tres bebas, todas muy contentas las trataban y cuidaban”.

Fueron 35 días en China “junto a Giuliana fuimos con mi marido Pablo y mis otras dos hijas; María Victoria de tres años y Guadalupe de un año y medio. Allá vivimos en la misma clínica en una habitación de tres por dos metros”.

Según cuenta Jessica los médicos le dejaron en claro desde el primer momento que “el éxito del tratamiento dependía entre muchas cosas de que Giuliana no se enferme por lo menos en el primer año después del implante de células madres”. Entonces la familia adaptó sus hábitos a los que podía hacer en la clínica.

LAS PRIMERAS MEJORAS
Desde la segunda sesión de implantes Giuliana empezó a mostrar mejoras. “Después de la segunda sesión ella tuvo vomito y más dolores; nos asustamos a pesar que los médicos nos decían que era normal. A los pocos días todos el cielo se abrió cuando ella, que solo veía bultos a un metro pudo diferenciar que en la planta baja de la clínica estaba estacionado un auto cubierto por la nieve”.

EL TRATAMIENTO
A Giuliana se le implantaban células madres por vía intravenosa y por la región lumbar todos los jueves. “Son células muy pequeñas para que a medida que vayan creciendo disminuyan su dolencia y además así se disminuye el riesgo que su organismo las rechacen”.

Aparte de los implantes todos los días ella tenía una terapia de con masajes y rehabilitaciones. “Por ejemplo todos los días le mostraban diversas figuras, objetos, colores y vimos como gradualmente iba recuperando ganando centímetros de visión. Cuando llegó solo veía objetos que estaban a 15 centímetros de sus ojitos, ahora ya ve a los que están a unos 40 centímetros y solo pasaron un poco más de cuatro semanas”.

Giuliana continuará ganando visión hasta que las células que le fueron implantadas se desarrollen en plenitud. “La gran evolución la tenemos que esperar entre los seis y doce meses de iniciado el tratamiento, a partir de allí se iniciará una segunda etapa del tratamiento. Pero durante todo este tiempo estaremos en permanente contacto con los médicos ya que cada semana le tenemos que enviar los resultados de análisis que le haremos acá, es que es vital monitorear el crecimiento hormonal”

LEJOS DE CASA
“Los chinos son muy diferentes, son muy cerrados y por ejemplo en el tratamiento médico invasivo usan escasa anestesia, lo que hacía que Giuliana salga por ejemplo muy dolorida de los implantes”.

Cuenta Jessica que no fue nada fácil estar en una cultura diferente. “Lo primero fue acostumbrarnos al horario. Después cuando Giuliana tenía que permanecer inmóvil por más de siete horas por ejemplo levantábamos a todas muy temprano para que a la hora de la sesión permanezcan calmadas”.


FUENTE: diariochaco.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario